Por su naturaleza, el dolor es una experiencia compleja y multidimensional, cuya percepción se ve afectada por nuestra biología, estado de ánimo, entorno social y experiencias. Cuando el dolor es crónico, se convierte en una carga muy pesada, difícil de soportar.
El manejo del dolor crónico siempre ha sido un desafío para los profesionales de la salud y los pacientes, por lo que siempre se han venido buscando alternativas más efectivas y seguras, que presenten mínimos efectos secundarios. En los últimos años el cannabidiol (CBD) ha emergido cómo un compuesto natural de posible efectividad para tratar el dolor, la inflamación, las convulsiones y los altos niveles de ansiedad.
La comprensión del papel que puede jugar el CBD en el manejo efectivo del dolor ha venido evolucionando, gracias a los hallazgos obtenidos de estudios en animales que muestran que este compuesto tiene efectos analgésicos producidos por las interacciones con los receptores del sistema endocannabinoide (SEC), inflamatorio y nociceptivo.
El sistema endocannabinoide cuenta con receptores cannabinoides sensibles a los cannabinoides naturales que produce el organismo, como sistema, está involucrado en los procesos de regulación de muchas funciones orgánicas como el metabolismo, el apetito, el estado de ánimo, la percepción del dolor y la ansiedad.
El cannabidiol es un compuesto químico producido por la por la planta Cannabis sativa, especialmente por las denominadas como cáñamo que contienen bajas cantidades (menos del 3%) de Delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) el principal ingrediente psicoactivo del cannabis.
El CBD es uno de los principales componentes de la planta de cáñamo. Es importante saber que este compuesto no es el único cannabinoide presente en la planta Cannabis sativa, se han logrado obtener más de 113 cannabinoides exclusivos de esta planta, entre los que destacan:
El CBD no genera psicoactividad, ni es psicotrópico, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el potencial terapéutico que tiene este compuesto orgánico, especialmente en el tratamiento de la epilepsia, de hecho, en 2018 la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) aprobó el uso del primer fármaco, cuyo ingrediente activo es el CBD.
Se trata del Epidiolex, utilizado en el tratamiento de las convulsiones asociadas a formas graves de epilepsia en pacientes de dos o más años de edad.
El informe de la trigésima novena reunión del Comité de Expertos en Drogodependencias de la OMS realizada en 2017 describe también diversas enfermedades para las que el CBD puede aportar importantes beneficios terapéuticos, entre ellas:
El informe indica además que el CBD puede ser efectivo en el tratamiento del dolor, por su efecto analgésico en pacientes que presentan dolor neuropático resistente a otros tratamientos.
El dolor indica que algo en el organismo no funciona de forma adecuada, se manifiesta de forma aguda cuando se presenta daño tisular (lesiones o lastimaduras en la piel), o de forma crónica cuando es persistente y se presenta por tiempo prolongado, lo cual es indicativo de una lesión más grave o una enfermedad.
Se trata de una sensación desagradable que se presenta a nivel del sistema nervioso en forma de pinchazos, picadores, ardores, hormigueos, etc.
Desde hace varios años algunas personas están tratando el dolor con CBD, esta sustancia natural tiene posibles propiedades analgésicas y antiinflamatorias, como lo han demostrado diversos estudios, y puede ser una opción frente a los analgésicos de origen opioide, que causan efectos secundarios, entre ellos la adicción.
Los productos que tienen CBD como componente activo no crean dependencia, ni tienen efecto psicotrópico y parecen aliviar diversos tipos de dolores, entre ellos:
La inflamación es una respuesta del organismo a la acción de un agente agresor, como virus, bacterias, traumatismos, etc., se caracteriza por presentar hinchazón en la zona afectada, enrojecimiento, sensación de calor y dolor en una escala muy variable, que en algunos casos puede llegar a ser insoportable.
Las posibles propiedades antiinflamatorias del CBD, pueden convertirlo en una opción para la mejora de los procesos inflamatorios, que además por sus posibles propiedades analgésicas puede en algunos casos ayudar a calmar el dolor.
La migraña es producida por una actividad anormal del cerebro, la cual puede ser producida por diversos factores, que aún no se han logrado determinar claramente, una de las características de esta enfermedad neurológica son los fuertes dolores de cabeza, que pueden prolongarse por horas o incluso por días. Las migrañas además suelen causar vómitos, náuseas e hipersensibilidad al sonido y la luz.
El tratamiento convencional para la migraña incluye algunos medicamentos opioides como la codeína, que son adictivos y tienen otros efectos secundarios adversos. Actualmente, cabe la posibilidad de tratar el dolor causado por la migraña con CBD, sin correr el riesgo de adicción u otros efectos secundarios adversos.
El dolor crónico es reconocido por la OMS como un problema de salud pública a nivel mundial, debido a que afecta a gran cantidad de personas. El dolor crónico es un dolor prolongado que persiste por un periodo de varios meses, pudiendo ser leve o intenso. El tratamiento convencional para el dolor crónico está basado la escalera analgésica de la OMS, que incluye:
Muchos especialistas en todo el mundo vienen hablando de tratar el dolor crónico con CBD, ya que este compuesto natural es un parece ser un analgésico que actúa sobre el sistema nervioso central para suprimir de forma rápida el dolor, pudiendo usarse por vía transdérmica, sublingual o por inhalación.
Una de las posibles ventajas del CBD sobre los analgésicos no opioides y opioides es que no produce efectos secundarios tan graves, ni genera tolerancia o dependencia, por lo que se ha convertido en una posible opción para la mejora del dolor crónico.
De todas maneras todos los expertos comentan que queda un largo camino, aunque los resultados son prometedores quedan muchas pruebas y estudios por realizar.